Malos Vecinos • 2024-02-05
La ley contra el ruido en Colombia busca renovar la normativa existente y definir los lineamientos a seguir por el gobierno para crear las sanciones.
En un país como Colombia, donde la música y la fiesta forman parte de la identidad cultural, la convivencia y la paz mental de las personas se ha visto cada vez más amenazada por la falta de un normas y límites claros para el exceso de ruido.
No es raro ver en las noticias o redes sociales casos de violencia e intolerancia por parte de personas que no toleran los llamados de atención por el ruido. Nada más basta con ver los reportes de personas que han sido asesinadas por pedirle al vecino que pare el escándalo para darnos cuenta del problema.
Actualmente, la legislación colombiana no es clara en cuanto a límites y sanciones. Si tienes un vecino ruidoso o una fiesta callejera frente a tu casa, la Policía no siempre está disponible, y resolverlo a través de la alcaldía podría demorar años.
Un proyecto de ley, que aún debe pasar el segundo debate en el Congreso, podría acabar con los huecos normativos y crear condiciones claras para garantizar la convivencia. Aquí te contamos de qué se trata.
En primer lugar, es importante aclarar que no existe tal cosa como una ley anti ruido en Colombia. La Ley 90 de 1993 es la norma vigente, y establece en 65 decibeles (dB) el límite permitido para emitir ruido. Para que tengas una idea, 65 dB es el equivalente al ruido generado por un grupo de personas conversando en voz alta o por un celular sonando cerca de tu oído.
Los límites deben respetarse de 6:00 am a 10:00 pm. Después de esa hora, el máximo permitido es 45 dB. Es importante aclarar que esta regla puede cambiar según la actividad realizada e incluso el lugar. Por ejemplo, no se puede superar los 50 dB en actividades de construcción en zonas residenciales durante el día. En la noche, la cifra baja a 35 dB.
Las zonas residenciales tienen una cuota máxima de 65 dB de día y 45 dB de noche, mientras que en las zonas comerciales se permiten hasta 70 dB de día y 60 dB de noche. A pesar de que los límites son claros, la ley no precisa un marco legal adecuado para su cumplimiento.
La principal razón por la que es necesaria una ley contra el ruido en Colombia es la falta de claridad con respecto a quién debe ser la autoridad competente para abordar esta problemática, ya que no hay paz mental para los afectados ni siquiera al formular una denuncia.
Actualmente, si una persona no ha logrado un acuerdo amigable con su vecino o establecimiento ruidoso, no existe una única entidad que maneje la denuncia. El Ministerio de Justicia recomienda visitar la Junta de Acción Comunal o el Comité de Convivencia, según sea el caso.
Si la bulla continúa, puedes informar a la Policía de los hechos. Los funcionarios verificarán si todo ocurrió como lo contaste. En caso de demostrarse que sí se incumplió el límite, el infractor podría ser multado con 16 salarios mínimos diarios vigentes (SMDV).
Sin embargo, los ciudadanos se han quejado de que Policía no suele dar respuesta positiva a este tipo de inconvenientes. La mayoría de los funcionarios del servicio de emergencia argumentan que existen casos de “mayor prioridad”. Otras veces, la Policía llega al sitio de ruido y logra que el infractor baje el volumen, pero al marcharse el escándalo sigue.
La Secretaría del Ambiente y la Defensoría del Pueblo son instancias a las que también se puedes acudir en caso de que la Policía no preste ayuda. Sin embargo, estas entidades también suelen lavarse las manos y enviar a las personas con alguien más para solucionar la situación.
Como habrás notado, hoy en día no hay claridad sobre las competencias y responsabilidades de las instituciones, y es justo allí donde surge la necesidad de un marco regulatorio claro.
El proyecto de ley antruido busca orden, no solo para establecer qué entidad será responsable de atender esta problemática, sino también para presionar al Gobierno Nacional a diseñar una política unificada de sanciones contra los infractores.
No solo se trata de establecer límites, porque la normativa vigente los establece, sino también definir quién hace cumplir esos límites, quién impone la sanción e incluso con quién debe comunicarse el afectado.
Los propios congresistas detrás del proyecto de ley aseguran que las autoridades “se pasan la pelota entre ellos” cuando reciben llamadas de emergencia por casos de ruido excesivo. Es por ello que pretenden crear una guía de acción para las personas que no suelen recibir respuestas a sus denuncias.
El proyecto fue elaborado con el acompañamiento técnico del MinAmbiente y las alcaldías de tres de las ciudades con más contaminación sónica de Colombia: Medellín, Bogotá y Cali. Aunque no hay mucho revuelo mediático al respecto, hay mucho entusiasmo entre los promotores del proyecto con respecto a su aprobación.
De aprobarse la ley, las autoridades podrán proceder con la mayor contundencia posible contra las personas que decidan hacer caso omiso de las reglas. Esto no solo implicaría el comparendo, sino también otras sanciones más severas. No obstante, quien deberá definir las políticas con respecto a las sanciones deberá ser el gobierno.
Hasta ahora, un debate así no se había planteado en Colombia. Por ello, aunque solo se trata de un proyecto, la ley contra el ruido creará las condiciones y discusiones necesarias para un cambio definitivo en favor de la tranquilidad.